Page 13 - La batalla de Little Big Horn o el canto del cisne de los Pieles Roja
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Año XXIV, Número 44, Julio 2024

           Depósito Legal M-34.164-2001

                 ISSN 1695-6214
                                               La batalla de Little Big Horn o el canto del cisne de los Pieles Roja



                    en la historia militar de los Estados Unidos. Por otro lado, como nos apunta
                    Doval  (2009),  la  confianza  de  los  generales  a  cargo  de  la  misión  era  total.

                    Incapaces  de  imaginar  una  derrota,  comenzaron  la  movilización  de  sus

                    hombres. En ese contexto, el teniente coronel Custer, se dirigió hacia el este
                    del gran campamento de Toro Sentado y Caballo Loco, mientras que Terry y

                    Gibbon  avanzaron  por  el  sur,  en  una  operación  envolvente  del  enemigo.
                    Pronto comenzaría la histórica batalla de Little Big Horn, en la que los nativos

                    de  las  llanuras  infinitas  de  Montana,  asestaron  un  golpe  mortal  al  ejército
                    estadounidense  y  al  mismo  tiempo,  comenzó  la  cuenta  regresiva  hacia  la

                    derrota definitiva de estos bravíos pueblos, que defendieron con su sangre las

                    tierras en que sus ancestros vivieron y murieron.


                           La batalla:  Hoka Hey o un buen día para morir


                           Un  caluroso  domingo  de  junio  de  1876,  los  guerreros  nativos
                    organizaban su ataque, en las colinas que se elevaban sobre el río Big Horn.

                    En tanto, Custer y su batallón, compuesto por cinco compañías de caballería

                    (215 hombres), se aprestaban a enfrentar, entre la incredulidad y el terror, a
                    los guerreros furibundos, comandados por Caballo Loco y Toro Sentado. Los

                    Casacas  Azules  vieron  así,  una  muerte  inminente  que,  en  pocas  horas,  se
                    convertiría en un campo lleno de soldados descuartizados, cuya sangre fluía

                    lentamente entre la yerba azotada por un sol impenitente.



























                               Historia Digital, XXIV, 44, (2024). ISSN 1695-6214 © J. Brower, 2024                  P á g i n a  | 62
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