Page 12 - Las familias de las órdenes militares. Montesa y su bailía de Moncada: patrimonio y entramado feudal en la huerta de valencia (siglos XIV-XV)
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Año XXV, Número 45, enero 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
Las familias de las órdenes militares. Montesa y su bailía de Moncada: patrimonio y entramado….
La bailía de Montcada y la orden de Montesa: adaptación del dispositivo
feudal
El cambio de titularidad en la bailía, tras la desaparición del Temple, iba a
suponer, como es lógico, una nueva etapa en la historia de estas villas. Pero la clave es
analizar si este cambio de titularidad afectó a las familias campesinas que vivían en las
encomiendas y bailías ahora bajo la nueva orden de Montesa. Los vecinos de
Montcada, Carpesa, Borbotó o Massarrojos, poco sabían de los movimientos y
diligencias que, a principios del siglo XIV, se llevaban a cabo para el traspaso de la
gestión de todo el patrimonio de la antigua orden a la nueva; siguieron pagando sus
censos y tasas con normalidad a los oficiales reales y, en poco tiempo, a los nuevos
bailes asignados por la mesa maestral de los de Montesa.
Poco más cambió inicialmente en la vida jurídica y económica de las familias.
Como Montesa no otorgó carta puebla alguna, deducimos que la situación de los
agricultores y sus condiciones de acceso a la tierra y a la explotación de los recursos,
continuaría sin alteraciones significativas (con el pago de las mismas tasas y con los
censos de un tercio y un quinto de las cosechas). Los vasallos continuaban siéndolo con
los mimos parámetros y con las elevadas rentas de hacía más de cincuenta años.
Sin embargo, a principios del siglo XV, la orden asignó nueva carta de
poblamiento a las villas de Montcada y Massarrojos, donde ya se puede observar un
conjunto de cambios importantes. La lectura de esta carta, con fecha de 1403, nos
permite conocer, además, que, a lo largo del siglo XIV, en algún momento concreto que
no podemos especificar (posiblemente en la segunda mitad de la centuria), los
montesianos habían reducido alguna renta, a causa de –como se especifica en la misma
carta–, las protestas de los vecinos (a supplicació dels prohòmens dels dits llocs). Esto
permitió pasar del pago del censo del tercio de los frutos en parcelas de huerta, a un
cuarto de los mismos. La nueva orden estaba adaptando la renta agrícola básica, la que
afectaba a las tierras fértiles de regadío, por su elevado nivel de sustracción, a un nuevo
contexto.
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