Page 4 - La Hacienda Regia Castellana. Evolución de los sistemas impositivos y formación de una fiscalidad estatal (siglos XIII-XV)
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Año XXV, Número 45, enero 2025

       Depósito Legal M-34.164-2001
             ISSN 1695-6214


                                         La Hacienda Regia Castellana. Evolución de los sistemas impositivos y formación……



              puñado de soberanos de fuerte impulso reformista, con Alfonso X a la cabeza –al que se
              deben los almojarifazgos del sur y una profunda reforma tributaria en materia aduanera

              y pecuaria–, seguido de Alfonso XI –continuador de la obra de su bisabuelo, de igual

              nombre, en materia ganadera e introductor del impuesto sobre el consumo, o alcabala–,
              de  Enrique  III  –de  nuevo  reformador  de  la  fiscalidad  aduanera–,  y  de  Juan  II  –quien

              legisló  y  estructuró  la  forma  casi  definitiva  en  la  que  se  recaudarían  los  principales
              impuestos, como la alcabala, el diezmo, el almojarifazgo y otros–. El proceso culminó

              con  los  Reyes  Católicos,  quienes  reorganizaron  y  modernizaron  el  sistema  fiscal  al
              completo  y  lo  dejaron  listo  para  sostener  al  Estado  más  poderoso  y  avanzado  de  la

              Europa  moderna,  el  hispánico.  Por  el  contrario,  los  reinados  intermedios  estuvieron

              caracterizados  por  monarcas  de  débil  espíritu  o  atrapados  en  las  convulsiones  de  su
              tiempo,  lo  que  esterilizó  los  posibles  intentos  reformistas.  Tomemos  como  ejemplo  lo

              ocurrido  con  Pedro  I,  rey  de  fuerte  personalidad  y  de  vocación  renovadora,  que  fue

              frenado  por  la  permanente  guerra  civil  contra  su  hermano,  el  futuro  Enrique  II,  y  su
              prematura  muerte;  o  con  Juan  I,  cuyos  intentos  de  cambio  fueron  abortados  por  su

              derrota contra Portugal y el desprestigio que ello le acarreó.


                     Como  he  apuntado,  las  bases  de  la  hacienda  medieval  castellana  hay  que
              buscarlas  en  el  sistema  fiscal  romano,  heredado  por  el  reino  visigodo.  Sin  embargo,

              durante  el  período  altomedieval desapareció  prácticamente  el tributo  territorial  público

              que se confundió con la renta privada percibida por los señores feudales; al tiempo que
              la Hacienda estatal se acabó por identificar con el erario real o del príncipe como tal, al

              nutrirse las arcas regias casi en exclusiva con exacciones procedentes de los dominios
              de la Corona. Otros aspectos que coadyuvaron a la disipación del carácter público del

              sistema  hacendístico  fueron  el  predomino  de  las  imposiciones  indirectas  sobre  la
              circulación de la riqueza –o tasas aduaneras asociadas a la prestación de seguridad en

              los caminos, en casi todos los casos dispensada por señores y tropas privadas–, frente

              a  las  directas,  que  gravaban  la  propia  riqueza;  que  los  arbitrios  recaudados  por  el


                         Historia Digital, XXV, 45, (2025). ISSN 1695-6214 © José D. González Arce, 2025                  P á g i n a  | 4
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