Page 23 - Las familias de las órdenes militares. Montesa y su bailía de Moncada: patrimonio y entramado feudal en la huerta de valencia (siglos XIV-XV)
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Año XXV, Número 45, enero 2025

       Depósito Legal M-34.164-2001
             ISSN 1695-6214


                           Las familias de las órdenes militares. Montesa y su bailía de Moncada: patrimonio y entramado….



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              historiografía  hace  años  (Iradiel,  1989) ,  tiene  aquí,  en  las  tierras  de  la  orden  de
              Montesa,  un  significado  especial,  dado  que  los  altos  censos  que  los  montesianos

              exigían, contribuían a que sólo ciertos sectores enriquecidos de la incipiente burguesía

              de la ciudad pudieran adquirir el dominio útil de muchas de ellas.


                     Sin  embargo,  para  muchos  campesinos  estas  rentas  suponían,  en  ocasiones,
              cargas difíciles de asumir, o que podían llegar a alterar las economías domésticas en

              determinadas  coyunturas  (malas  cosechas,  matrimonio  del  algún  hijo,  deudas
              acumuladas,  entrega de  alguna dote,  etc.).  Un  sencillo  cálculo  de  las  rentas que  una

              familia, con una explotación media, debía pagar anualmente por el usufructo de la tierra

              nos permite observar la situación real de estos enfiteutas de la orden de Montesa que
              poblaban la bailía: con la renta base de siete sueldos por cada cahizada de regadío, y

              siete más por cada seis cahizadas en secano, era frecuente pagar cada año entre 15 y
              20 sueldos; además, la posesión de algún huerto urbano o cercano a las villas, suponía

              9  sueldos  más  que,  junto  con  los  que  exigía  la  vivienda  (entre  4  y  9  sueldos),  podía

              elevar el montante total a 30, 40 o incluso más sueldos.


                     No olvidemos, a su vez, que los censos de la tierra y las casas no eran los únicos
              pagos  que  la  familia  debía  satisfacer:  el  diezmo  eclesiástico  o  las  tasas  por  el  uso

              obligatorio de los monopolios (molinos, hornos, almazaras, pero también negocios como
              tiendas,  carnicerías,  tintorería,  etc.);  las  sisas  que  se  imponían  por  la  circulación  de

              ciertos  productos  y  que  encarecían  su  precio;  o  impuestos  reales  como  la  peita,  el

              morabatí,  etc.,  todo  concurría  a  generar  situaciones  de  dificultad  en  muchos  hogares
              que  podían  traducirse  en  el  traspaso  de  alguna  parcela  a  otro  tenente  o  en  el

              endeudamiento progresivo de la familia.










            29  IRADIEL, Paulino: "L'evolució econòmica", en Història del País Valencià. De la conquesta a la federació
            hispànica. Barcelona, edicions 62, 1989, vol. II, pp. 267-324.




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