Page 35 - Retornados. La repatriación final a Coruña
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Año XXIV, Número 44, Julio 2024
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214 Retornados. La repatriación final a Coruña, Vigo y Ferrol (agosto de 1898…
entre los que se incluían 87 militares. Todos, a excepción de 18, regresan en
perfecto estado de salud, y los enfermos incluso han experimentado una
notable mejora durante el trayecto. La mayoría prosigue viaje hasta
Santander. Tres días después -el 24-, muy de mañana entra en Ferrol el
vapor Tintoré trayendo más de 400 marinos gallegos de la escuadra del
Almirante Cervera, participantes en la batalla naval de Santiago de Cuba.
Durante el desembarco, la multitud desborda el cordón perimetral
abalanzándose sobre los recién llegados. Muchas madres, vestidas de luto,
romperán en lagrimas y sollozos de alegría al abrazar a sus hijos, dados por
muertos o desaparecidos desde hace meses. Uno de los marinos -el tercer
maquinista, Abelardo Ramos Pantín- ondea orgulloso un trozo de la enseña
de combate del Vizcaya. Durante todo su internamiento la ha ocultado
enfajada a su cintura, bajo la camisa reglamentaria, para evitar su
profanación como ha sucedido con otras. La multitud romperá en ovaciones y
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aplausos al verla. Ciento sesenta de ellos toman el tren para Coruña, y otros
125 para Vigo, previo transbordo en Monforte de Lemos. Casi un centenar
son de la comarca de Ferrol, a cuyas localidades costeras se dirigirán en los
bous Alerta y Coruña.
Otro de los buques que rompió el bloqueo naval norteamericano en
reiteradas ocasiones fue el vapor Antonio López, de la Compañía
Trasatlántica española. Primero, con la isla de Cuba, a la que llevaría
provisiones en abundancia, y a continuación con Puerto Rico. Hacia esta isla
partió de Cádiz el 16 de junio con la sentina llena de armas, siendo localizado
y cañoneado el día 28 próximo a la capital por el crucero auxiliar USS
Yosemite. En su defensa saldrían de inmediato los cruceros Isabel II, Concha
39 La Voz de Galicia, 26 de septiembre de 1898, p.2. “Es éste de una extension
de 15 centímetros de largo por seis de ancho, de la parte gualda, y una de la tira con que fué
enrollado el vientre del heroico condestable Zaragoza. Conserva las huellas de la sangre de
aquel mártir. Tratamos de hacernos con esa reliquia, pero nuestros ruegos fueron en vano. -
La conservaré toda la vida, nos dijo su afortunado poseedor”. Un alférez apellidado Manjón y
el guardia marina Obertín custodian los fragmentos restantes.
Historia Digital, XXIV, 44, (2024). ISSN 1695-6214 © José A. Tojo, 2024 P á g i n a | 149