Page 38 - La Hacienda Regia Castellana. Evolución de los sistemas impositivos y formación de una fiscalidad estatal (siglos XIII-XV)
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Año XXV, Número 45, enero 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
La Hacienda Regia Castellana. Evolución de los sistemas impositivos y formación……
descontadas la indumentaria y ropa de cama, también como en aquél, para quedar
tasada en 6 mrs. en León y 8 en Castilla.
A diferencia del pedido forero, la moneda forera no desapareció con la
implantación de la moneda desaforada, o nuevas monedas que aparecieron con los
servicios de Cortes. Esta moneda desaforada no distinguía la fortuna de los
pecheros, pues pagaban todos por igual por encima de las cáñamas o cifras
mínimas requeridas, de manera que igualaba al rico con el pobre, e incluso el
primero podía escapar fácilmente a su pago al engrosar los grupos de exentos. Sin
embargo, los pecheros pobres estaban eximidos de la tributación de pedidos
desaforados, como en el caso de la moneda, y el nivel de riqueza mínimo para
contribuir era más alto que el de ésta. También pagaban más los que más tenían,
de modo que eran de tres tramos los tipos contributivos, en razón de su fortuna: en
1432, la cabeza mayor quedó situada en 1.200 mrs., mientras que la mediana y la
menor fueron puestas a este respecto.
En las Cortes de Valladolid de noviembre de 1385, tras la derrota de
Aljubarrota frene a Portugal, fue ensayada una nueva fórmula fiscal que no acabó por
cuajar. En ellas le fue concedido a Juan I el cobro de pecho y servicio, a percibir
durante el ejercicio fiscal de 1386, consistente en que el pechero con una hacienda
de 15.000 mrs. debía tributar con 420, es decir, el 2,8% de su fortuna; de ahí hacia
abajo se pagaría a este respecto. Se trató de una fórmula similar a nuestro IRPF. No
obstante, ante las quejas de los contribuyentes contra dicho pecho y contra las
fórmulas para calcular sus bienes, el monarca lo retiró y lo sustituyo por un
empréstito de 10 millones de maravedís. Posteriormente, en las Cortes de Segovia
de esa anualidad le fueron dadas al rey, para el ejercicio fiscal de la siguiente, 1387,
además de otras exacciones, 8 monedas y un servicio (empréstito) de 16,5 millones
de maravedís, que fueron rebajados más adelante. Las Cortes de Briviesca de ese
año 1387 acordaron echar 6 nuevas monedas para el ejercicio del siguiente, 1388;
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