Page 7 - El papel de las ideas en los precedentes a la Revolución Rusa
P. 7
Año XXV, Número 45, enero 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
El papel de las ideas en los precedentes a la Revolución Rusa
haciendo bien su trabajo, que la gente se moría de hambre y, en última instancia, que él
debía salvarlos.
Es curioso cuanto menos que, en una época en la que el Zar poseía control
absoluto sobre las decisiones del gobierno fuese eximido de toda culpa. Al fin y al cabo,
fue el propio Nicolas II el que declaró la guerra a Japón, o el que ilegalizó las huelgas
proletarias que demandaban mejoras salariales y el que tenía, en definitiva, al pueblo
sumido en la miseria. ¿Cuál fue la causa, entonces, de que los ciudadanos no se
alzasen contra el sistema establecido? ¿Porque no dirigieron su rabia contra la figura de
Nicolás II y lo que representaba? La respuesta es simple, todavía no se había
implantado en los trabajadores la semilla revolucionaria, no se estaba pensada todavía
la idea de otra forma de gobierno. Lenin postularía posteriormente que toda revolución
necesita una teoría revolucionaria para llevarse a cabo, y esta todavía no se había
concebido. Los Zares llevaban gobernando Rusia desde el S. XIII en tiempos de
Alejandro I el Santo, la idea de que el problema se hallaba en las raíces mismas de lo
que representaba el Imperio en aquel momento era algo que la sociedad rusa no se
había planteado, carecía de una estructura intelectual revolucionaria detrás.
Sin embargo, la ingenuidad de la clase trabajadora rusa comenzó a desvanecerse
a partir de la marcha organizada por Gapón. Entre 3.000 y 5.000 personas se reunieron
ese día en la plaza del palacio de invierno. La mayor parte de ellas respondían a la
ideología del ruso promedio: descontento con las condiciones de vida, pero seguro de
que el Zar había sido enviado para salvarlos, eran reivindicaciones económicas, no
políticas. Portando estandartes religiosos, retratos del gobernante y, al grito de “Dios
salve al zar”, los manifestantes se dirigieron al palacio para informar al gobernante de
sus problemas, seguros de que este haría todo lo posible por ayudarlos.
Sin embargo, la organización de Gapón se encontraba fuera del control del
funcionariado, que no podía permitir que miles de personas se reuniesen en San
Petersburgo para manifestarle al Zar sus demandas. Este acto fue visto como un
ataque, y las autoridades avisaron que “no se tolerarían banderas rojas, y se aconsejó a
Historia Digital, XXV, 45, (2025). ISSN 1695-6214 © Jorge Vilariño Pouso, 2025 P á g i n a | 219