Page 20 - Toledo entre 1665 y 1760
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Año XXV, Número 45, enero 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
Toledo entre 1665 y 1760
estos movimientos hicieron resurgir la gran alianza entre el Imperio, Inglaterra y
Holanda, apoyando al pretendiente archiduque Carlos de Austria. La guerra comenzó a
los pocos meses de la entronización de Felipe de Anjou.
Las tropas del pretendiente Carlos de Austria llegaron a entrar en Madrid en julio
de 1706; pero un mes más tarde Felipe V volvió a recuperar la capital. Los toledanos,
partidarios de Felipe V, se sublevaron contra el ejército austracista que ocupaba Toledo
bajo la dirección de don Diego de Toledo, a quien nombraron su capitán, y proclamaron
su adhesión y obediencia al rey Borbón. Los gremios, tras la marcha del ejército
austracista, pretendieron guardar la ciudad, pero no pudieron impedir la entrada de las
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tropas del Archiduque Carlos a últimos de septiembre de 1710 . Un golpe muy fuerte
recibió la ciudad con esta ocupación. El martes, 7 de octubre de dicho año, volvió a
entrar en Toledo el conde de la Atalaya, general de las tropas de Portugal, con 15.000
caballos, tras la evacuación de Madrid por Felipe V. Fortificó la ciudad, puso guardias en
todas las puertas y puentes del recinto ciudadano y aposentó a sus tropas en el alcázar.
Ante su exigencia de que la ciudad debía sustentar a su tropa, los regidores del
Ayuntamiento le hicieron ver la imposibilidad de poder cumplir lo mandado y lograron
llegar al acuerdo de que enviarían lo necesario y más perentorio, cosa que se hizo
durante todo el tiempo que estuvieron las tropas aquí.
Una vez sabida la derrota de las tropas del archiduque ante las de Felipe V en
Villaviciosa el 8 de diciembre, las estacionadas en Toledo se dispusieron a abandonar la
ciudad. Al correrse la voz el día 27 de que habían quemado el convento de San Agustín,
los vecinos, armados de todo tipo de armas, comenzaron a matar soldados enemigos,
quedando muertos en menos de media hora más de veinticinco. Los soldados,
sorprendidos y desorientados ante el ímpetu desplegado por los vecinos, se replegaron
al alcázar, donde se refugiaron. Por fin, el día 28 se marchó el ejército ocupante
dejando en el alcázar una guardia, la cual se vio atacada por los toledanos, convocados
por las campanas de la parroquia de la Magdalena. Los guardias huyeron por la calle del
47 Ibidem. p. 984.
Historia Digital, XXV, 45, (2025). ISSN 1695-6214 © Ángel Santos Vaquero, 2025 P á g i n a | 106